29 noviembre, 2008

Desayuno en la cama

Podría estar refiriéndome a una de las más placenteras formas de posponer el inicio del día pero no... "Desayuno en la cama" se titula el último poemario que ha devorado la que suscribe. Firmado por un reciente ciberamigo, Lawrence Schimel (NY, 1971), políglota y tan prolífico y versátil que entre sus publicaciones, más de 90 libros, veo ensayos, literatura infantil (aviso: no es este caso), cómic, narrativa... En España, Schimel ha publicado: "Mi novio es un duende", "Bien dotado", "Dos chicos enamorados" (Ed. Laertes), y en inglés, por mencionar uno, la recopilación "Best Gay Poetry 2008".

En su honor, y espero que con permiso suyo, me permito copiar algunos de los poemas que más me han tocado, bien por permitir que asome el morro a esa parte más íntima del mundo gay a la que jamás he tenido acceso (como tampoco lo tengo a los polvos que echan mis amigos heteros); bien por el baño de emociones que desencadenan y el aluvión de recuerdos que despiertan cuando me encuentro reflejada como ante un espejo; bien por la fotografía que realiza de la psique masculina desde un ángulo que yo no había siquiera sospechado a estas alturas y que me muestra sin edulcorantes cómo se lo montan ellos.

"Me siento en tu mesa para teclear un poema en un e-mail a mí mismo (aquí no tengo mi cuaderno)
y todo parece fuera de proporción: la altura
de la silla, el teclado extranjero,
y más que nada el hecho de que estoy escribiendo
sobre otro chico que no eres tú.

Cuando lo lea en casa ¿cómo me sentiré?
¿Qué anuncios pondría gmail al lado del poema,
esa reacción mecánica y automática
a mi creación que parece a la vez una crítica
y una musa a posteriori? No sé para quién
lo he escrito, ni qué reacción quiero provocar
en el lector con quien comparto estos versos.

Me giro en la silla para mirarte en el sofá
mientras ves la tele,
y cuando abro la boca
no sé si te voy a decir que te quiero
o invitarte a leer el poema
por encima del hombro".



"- Me voy a correr -le digo, un aviso
para que deje de chupármela.
Estoy muy a punto pero aguanto
para darle tiempo de reaccionar.

Pero no para.

Sigue chupándomela, como si estuviera
dándome algo especial, pero me está quitando
algo, algo que no quiero darle, y no es sólo
mi semen.

Estás conmigo mientras estoy con este
que me está chupando la polla.

Tú y yo sí tuvimos
ese grado de intimidad en nuestra relación,
de compromiso y confianza.

- Me voy a correr -advierto de nuevo, y me corro
en su boca.

Cascándosela con la polla aún en su boca, él también
se corre, su semen salpicando mis piernas.

Luego no quiero besarle.
Luego lloro.
Por lo que he hecho.
Por lo que he perdido".



"Ya no quiero callarme cuando follo
por miedo a lo que piensen los vecinos.

Ya estoy harto de contenerme.
Quiero gritar, quiero celebrar,
quiero cantar... pero me temo que he perdido
la voz de tanto inhibirme.

Afónico, me desnudo delante del poema".



"La noche ha cambiado pero no
ha cambiado. Las mismas caras,
a veces: los chicos que viven
en el país de nuncajamás. Y otras
caras que parecen las mismas.
Hay chicos nuevos, pero tienen
las mismas edades que tuvieron antes.

¿Adónde han ido los chicos
que sí han crecido, como yo,
que han entrado a otro mundo,
y que ya son exiliados de la noche
como sombras desabrochadas
de sus cuerpos? Cada vez
que salgo de nuevo por la noche

me pregunto: ¿somos seres
buscando a nuestras sombras
o sombras huyendo
de nosotros mismos?"



Seguiría y seguiría copiando, porque no sé cuál me gusta o me impacta más, pero tampoco es cuestión. Poesía sexualmente explícita e intimista a la vez. Pensamientos sobre el deseo, la ruptura, el desapego, el abandono y el recuerdo de otra piel. Reflexiones agridulces con detalles prosaicos que reflejan perfectamente la vida de Chueca (como si no la hubiera allende las fronteras del barrio), sobre las relaciones homosexuales inconuladas del virus de la prisa, víctimas del trepidante ritmo que llevan, marcadas muy a menudo por la superficialidad y la promiscuidad: no hay tiempo para el luto. A rey muerto, rey puesto... Quizá, o quizá no siempre.

El poemario "Desayuno en la cama" se puede encontrar en Egales Editorial

23 noviembre, 2008

¿Libertad de expresión?


Me pide una compañera, Eva Tovar, que opine sobre algo que ha sucedido en el programa en el que trabaja. Para no interferir, me limito a copiar lo publicado por ella, añadiendo abajo mi opinión y agradeciendo de antemano que quien quiera participe con sus ideas y comentarios.

CANAL SUR RETIRA UN PERSONAJE TRANSEXUAL DE "PAZ EN LA TIERRA"

Canal Sur retira un personaje transexual tras una denuncia
R. RINCÓN - Sevilla - 22/11/2008


Canal Sur ha decidido vetar la presencia del personaje de un transexual que se había convertido en habitual en el programa Paz en la Tierra, presentado por la actriz Paz Padilla y producido por la productora El Silencio, de Jesús Quintero. Un portavoz de la cadena pública explicó ayer que esta decisión se ha adoptado después de recibir las quejas de la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA), que ayer mismo denunció a través de un comunicado público el trato "denigrante" que, en su opinión, otorga a los transexuales dicho programa, que se emite las noches de los martes y los miércoles.

"No nos ha gustado, lo consideramos desafortunado y se ha corregido", afirmó ayer un portavoz de Canal Sur. Según explicó la cadena, la queja de ATA llegó hace varios días y los responsables de Canal Sur hablaron con la productora de Paz en la tierra para advertirle de que debía retirar a este personaje. Según este portavoz, la mujer transexual ya no ha salido en los programas de esta semana y no volverá a salir en el futuro. Además, la directora de Canal Sur Televisión, Inmaculada González, habló con la presidenta de la asociación andaluza de transexuales, Mar Cambrollé, para pedirle disculpas por lo ocurrido.

Según la nota de ATA, el personaje ahora vetado rompía con una de las "principales misiones" de la televisión pública, que, en opinión de esta asociación, debe ser "transmitir valores que favorezcan el respeto a las minorías". "Si desde los poderes públicos se han dado pasos muy importantes en este sentido, no es de recibo que la RTVA, con programas como éste, vaya en contra de la normalización con que se debería abordar la identidad de género", añade el texto.

"Respeto y dignidad"
En opinión de este colectivo, el programa presentado por la actriz gaditana presenta a una mujer transexual "representando un papel frívolo y sexualizado". "Somos mujeres transexuales y como mujeres demandamos un trato justo por parte de todos los medios de comunicación, especialmente de los públicos". "ATA desearía que la mujer transexual y la no transexual lograsen el acceso a los medios de comunicación en condiciones de respeto y dignidad, tal y como se merecen todas las personas", concluye la nota.
Cinthia , que aún no da credíto a la noticia junto a Jose Corbacho, uno de los muchos invitados que han pasado por "Paz en la Tierra".



Eva Tovar ha escrito:
a las 0:13
¿La presidenta de ATA habló en algún momento con Cinthia para interesarse por su situación en las colaboraciones que ha hecho en el programa ?. Me consta que tendría muchas cosas que decirle.


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Conste que no he visto el programa. Tómese, por favor, cuanto pueda yo escribir aquí, como un ejercicio dominguero de libertad de expresión y de opinión.

Queridos todos, echemos la vista un poco atrás. Cuando, hace años, los primeros homosexuales aparecieron en los medios, tampoco hubo una aceptación absoluta. Los colectivos de GLBT se quejaban por diversos motivos y, el resto de los espectadores, por el mero choque contra el statu quo que ver gays en pantalla supuso. Todo lo nuevo provoca cierta polémica. Unos denunciaban que había "demasiada pluma"; otros que siempre se trataba al "mariquita" con un sesgo de humor que dificultaba tomar en serio a los gays; el de allá pensaba que se hacía apología de la promiscuidad y el de acá que qué sé yo... Sin embargo, al pasar el tiempo, se ha logrado la aparición de lesbianas y de gays con normalidad. Cada papel de señor homosexual o de señora lesbiana se plasma con su propio registro (sea dramático, humorístico, en clave de thriller...), se escriben los papeles según las exigencias y naturaleza de la historia y recogen la amplia riqueza de perfiles humanos porque, en definitiva, qué es el cine sino reflejo de la sociedad. Y lo mismo cabe decir de presentadores de televisión y de contertulios: los hay que se han comportado desde el principio demostrando abiertamente su homosexualidad -con y sin pluma- y hay quienes prefieren ocultarlo y juegan, con todo su derecho también, "al despiste" (que lo logren o no, es otro tema). Así pues, disponemos de gays en cada formato, en calidad de conductores o de colaboradores: vemos a diario al gay pijo, al intelectual serio, a la musculoca, al dandy clónico de Ken (novio de la Barbie), al armarizado, al que arroja plumas y aceite desde su butaca, al que va de mamarracha... Hay uno de cada, para gusto (o disgusto) de la audiencia y todos, que nadie lo dude, hacen "de sí mismos", por paródicos, indignos u ofensivos que a otros gays les resulten.

Las transexuales, como cualquier mujer, son seres humanos, individuos, y por tanto, todas diferentes y únicas. Una transexual, sin duda, puede comportarse y vestirse de un modo casto y elegante, pero las que yo veo cada día por la calle (y vivo en Madrid centro, donde abundan) no son ningún ejemplo de discreción ni de recato. No creo que sea obligación de los medios "tapar" esta realidad, sino que el hecho de contar con una trans en el reparto/programa, es ya buena señal de esa inaplazable e imprescindible integración. Es decisión del guionista, en función de las necesidades de la historia global o del espacio televisivo, dotar al personaje de un talante u otro, porque tanto la estrecha e intelectual como la lisérgica y desatada, existen. Los primeros pasos ya se están dando, las cadenas ya emiten contenidos que hacen esos necesarios primeros guiños (más o menos atrevidos y afortunados o fallidos) al colectivo trans. Ahí está la maravillosamente construida figura de Carmelita, el personaje de la serie Sexy Money; o la serie La Lola (que ficciona el cambio de sexo) o "El síndrome de Ulises", ambas de Antena3, donde aparece Carla Antonelli como actriz.

Si se suprime una colaboración en base a este tipo de protesta, yo me pregunto: ¿van a prohibir los personajes de asesinos o de traficantes masculinos para no herir a los señores y para evitar que sirvan de modelo de conducta violenta a los muchachos? Y voy más allá: si yo, como mujer, un día lo exijo porque a mí me molesta verlas y que me asocien con ellas porque no me identifico y me avergüenzan, ¿desaparecerán de las series y de las películas todos los personajes femeninos que muestran a las mujeres y a las chicas como putones verbeneros o como histéricas irredentas, o como ordinarias, infieles, superficiales y sin fundamento, o como blandas, o consumistas, o que viven a la sopa boba mantenidas por sus maridos? Y respecto de la tele, lo digo muy en serio y lo pido desde aquí: ¿van a eliminar a esas presentadoras marujas, incultas e insulsas y a todas las contertulias superfluas, cotillas, zafias o demasiado cursis, conspiradoras, cobardes, acusicas, desinformadas, multioperadas, manipuladoras, gritonas y tediosas, que tanto dañan mi sensibilidad estética y mi nivel de exigencia moral e intelectual? Porque claro, yo me pregunto: ¿En qué se ha convertido la televisión? Juro que nadie me previno de pequeña: ¿dicen en serio que es una profesión dedicarse a comentar vídeos sobre Belén Esteban? Sin duda, hasta las neuronas que se me han muerto aportarían datos bastante más útiles y declaraciones más amenas a la sociedad que muchas de estas señoras por horas que despellejen bajo los focos... ¿Me las sacan ya de ahí a todas, por favor?

El párrafo que acabo de escribir no está exento de razón pero, por desgracia, no me queda otra que admitir que, si a pesar de ser como son salen por la tele, será porque hay mujeres de ese perfil en cualquier la calle (o esquina), por más que mí y a muchos millones de españoles nos disgusten... Creo que para exigir integración y tolerancia, hay que ofrecer lo mismo. El mismo respeto que se pide para la diversidad, implica ser consciente de ella y tolerarla. Es más que probable que si hablásemos con la actriz, con Cinthia, ella esté encantada, no sólo por la forma en que se haya integrado en el equipo, y por el hecho de tener un trabajo en televisión, sino también con el personaje (si es que se trata de un personaje y no de su propia personalidad. Insisto: Cinthia, y cualquiera, tiene todo el derecho a expresarse conforme ella es, porque no creo que en ninguna parte se diga que ella aparece el calidad de portavoz de colectivo ninguno, ¿o sí?). No creo que Penélope Cruz reniegue de papeles donde ha dado vida a una yonqui, o Angelina Jolie a una asesina, Anthony Hopkins a un caníbal, Nicholas Cage a un alcohólico, ni Al Pacino a un mafioso, etc., perfiles todos ellos, tremendamente "peores" a todas luces que salir "representando un papel frívolo y sexualizado".

Por otro lado, que nadie olvide que España es un país de envidiosos. Más que analizar si están "ofendidas", habría que investigar hasta qué punto alguna de ATA "mataría" por ser la actriz colaboradora del programa... No dispongo de datos, pero intuyo que transexuales debe de haber en toda profesión. Si ATA se para a reflexionar, lo mismo comprende que la transexual astronauta o la físico nuclear no dan el perfil que un programa de humor exige.