23 abril, 2009

¡He ganado el Premio Novelia!


Esta mañana, día del libro, yendo yo por la calle según salgo de ver a mi abogada -a una de ellas- suena el móvil y un señor me empieza a preguntar por mi nombre y apellidos... No sabía de qué me estaba hablando, creí que me iba a vender una tarjeta de crédito. Entonces, cuando casi le cuelgo, me pregunta si yo he escrito un libro sobre cirugía... "En efecto" y me comunica que he ganado el Premio Novelia en su tercera edición. Confieso que tardé en caer: hacía tres semanas que, agotando la fecha límite, había presentado "un algo" en lo que llevo varios años trabajando, a un concurso literario. Por probar... Leí las bases; vi que el fallo se publicaría rapidito, pero también que sólo disponía de unos días para editarlo. Así que me encerré literal y literariamente hasta convertir, a mi aire, esos trescientos y muchos folios en una novela, mi primera novela.
En vez de "Historias de amor y cirugía", o de "Amor y Cirugía", el editor me preguntó si tenía inconveniente en titularlo "Sexo, amor y cirugía" (una vez más, no soy yo quien escribe la palabra sexo en mi CV).

Casi me ahogo, entre emociones y alergias galopantes cuando escuché: "Es Ud. la ganadora"...

Otro giro de guión, al más genuino estilo de la Roy. Había luz al final del túnel, por lo visto. De nuevo tengo cierta fe en determinadas cosas, pero fundamentalmente en mí (y ya era hora...).

Y aquí mismo sirvo el menú de mi próximo libro: SEXO, AMOR Y CIRUGÍA.

De primero, tenemos un retrato que me hizo el fotógrafo Joan Crisol (¿posible portada?).




De segundo, un pedazo de vídeo que tomo prestado de Supermartxè London (si llego a encargarlo, no me lo hacen tan a huevo... ¡qué bueno!).




De postre, una SINOPSIS para compartir.

Lola, una periodista, inicia por pura casualidad un trabajo de investigación sobre los avances en el campo de la cirugía estética pretendiendo ahondar en las verdaderas motivaciones que empujan a tantísimas personas sanas a pasar por un quirófano, a “jugar a los médicos” ya de mayores… Fascinada desde el comienzo por ciertos datos, unos muy llamativos, como el enorme número de intervenciones practicadas cada año en España, y otros casi escalofriantes, como la sorprendente juventud de los pacientes o los referidos al fenómeno de la adicción a la cirugía, la tarea de documentación de Lola se prolonga varios meses durante los cuales conversa con mujeres operadas, lee sobre medicina y cirugía estética, acude a distintas clínicas y consigue que determinados cirujanos de renombre la reciban para entrevistarlos… y es así como se embarca en una relación que cambia su vida y que incluso la induce a operarse.

Poco a poco, según transcurre su propio postoperatorio, que avanza paralelamente al flechazo (léase, por favor, “enajenación mental transitoria”) que siente por “House”, su cirujano, y mientras aprende términos clínicos y se familiariza con el ambiente de los quirófanos, se le revelan las expectativas de las pacientes, sus sacrificios y similitudes, junto con la realidad íntima de muchas de ellas, las historias de amor o las relaciones sexuales que, en cada caso, se conectaron con las operaciones. Lola, va comprendiendo los trastornos, los miedos, el coste económico y humano y los riesgos que se esconden tras este tipo de cirugía. En determinado momento, decide (o necesita) que su labor investigadora dé un giro. Lola vuelca en papel esas sensaciones agridulces: las suyas propias junto con las de muchas mujeres, todas distintas, todas pacientes; experiencias reales vividas sobre una cama, sea de un hotel, sea de un quirófano, porque, como concluye Lola, al final, ni en el amor ni en la cirugía son todo, precisamente, carcajadas.

Este conjunto de relatos parte del común denominador de mostrar, desde un punto de vista estrictamente femenino, “la cara B” tanto de la cirugía estética como del amor (y del sexo). Como en las películas, se podría decir que “Historias de amor y cirugía” es una novela basada en hechos reales porque cada palabra se ha escrito tomando como referencia información publicada y testimonios auténticos de pacientes y cirujanos.


SEXO, AMOR Y CIRUGÍA
coming soon

21 abril, 2009

Ya conozco a Spooky



Hoy, sin salir de casa ni ponerme los tacones, he hecho un cameo en la serie de Spooky.

¿Que por qué? Pues gracias a mi recién descubierto ciberfriend, Álex Muñoz, que me dedica su imprescindible tira cómica semanal (atentos: sale los lunes). Todo un honor, claro. Yo me siento como una estrella.

Para que luego digan que perdemos el tiempo en facebook. Envidia...

19 abril, 2009

LA BOUTIQUE cumple un año

Hace casi un año que inauguré LA BOUTIQUE, una juguetería erótica online, con todo tipo de artículos para el disfrute en la intimidad (a solas o acompañado).

Me pareció una locura, especialmente lo de abrirla en mi propia web, pero también ¡semejante derroche de I+D! Pude comprobar que existen aún más juguetes y juegos para adultos de los que ya conocía, y más materiales, y velocidades, y movimientos, y utilidades, y colores, y sabores, y prestaciones... ¡Si hasta los hay sumergibles y de textura humana! Tenéis ahí un catálogo casi infinito con decenas de disfraces, libros, dvd's, lubricantes, condones y profilácticos femeninos, bolas, fustas, esposas, dildos y hasta sábanas negras de plástico -para actividades no tan inocuas...-. Todo un universo a v(n)uestra disposición. Una puerta al placer que no nos da la gana ignorar, pero que tampoco solemos descubrir personalmente, entrando en sexshops de barrio (algunos bien sórdidos y eso, donde los haya, que no siempre encontramos uno cerca).

Quiero aclarar que no todo el mundo lleva un vibrador en el bolso como algunos dueños o encargados de sexshops se empeñan en afirmar (se trata, a mi juicio, de un desesperado marketing, irrisorio para cualquiera con un poco de sentido común, mediante el que pretenden convencer a las señoras de que otras, las modernas, llevan colocado un huevo vibrador cuando bajan al mercado comprar los tomates, o que las ejecutivas se salen de una reunión para esconderse en el baño de la oficina a entretenerse masturbándose con un vibrador último modelo). Eso es falso, ya lo digo yo. Y también lo es que a todas nos encante, repentinamente, pasarnos la tarde manoseando falos de plástico o calculando si nos caben los plugs anales ante el vendedor de turno u otros clientes... Hay quien no tiene tiempo para eso (ni ganas, repito).

Sí que es cierto que los juguetes son cruciales para que las mujeres reconozcan sus sensaciones. Los vibradores nos facilitan el orgasmo (por nosotras mismas o con la pareja). También me parece importante repetir aquí que algunos cacharritos son recetados por los propios ginecólogos, como las bolas chinas, porque son imprescindibles para tratar la incontinencia urinaria (que se produce también como consecuencia del parto) y otros problemas de salud, amén de otros cien efectos positivos demostrados (leer más: de mi ex blog, Eva al desnudo, acerca de los ejercicios de Kegel). Me consta que, todavía, el hombre es el principal demandante de este tipo de productos, pero supongo que la balanza se equilibrará pronto porque a nosotras gastando no nos gana nadie...

Quizá por la normalización de estos ítems lúdicos (o médicos, como he apuntado), puedo decir que en marzo 2009, las cifras de ventas de LA BOUTIQUE -muy modestas o nulas en ocasiones-, han repuntado y, para mi sorpresa (y alborozo), contradicen los informes del Fondo Monetario Internacional y los del Banco de España, las estadísticas del INEM y los atribulados gestos de los políticos de uno y otro bando, que difunden nuestra preocupante recesión (véase, por favor, que me salto directamente la fase de simple crisis), con la consiguiente y consabida paralización del consumo y del gasto privado porque es precisamente ése, el que compruebo que ha subido. Señoras y señores, ¡se están vendiendo juguetes eróticos por un tubo! A golpe de click y en sólo 24 horas, te lo traen a casa (sí, ese sitio del que no salimos ya casi, por aquello de ahorrar...). (El pico de ventas no se lo puedo atribuir a San Valentín, porque fue el 14 de febrero, fecha, por otro lado, muy proclive a este tipo de obsequios eróticos. Se regalaron aceites de masaje de sabores sobre todo, y muchos, muchos, vibradores).

Sirva este post para divulgar un efecto, otro, de la mala racha económica aunque, de éste, no creo que lleguen a decir nada en el telediario, donde sí han revelado otros indicadores, verbi gratia: la gente no utiliza tanto el coche para ir a currar, lo ha sustituido por el metro o el autobús, por lo que estamos leyendo un 30% más -ediciones de bolsillo, baratitas, por supuesto, pero también cuenta-. Lo mismo sucede con la comida basura: McDonnald's y Burguer King, por ejemplo, han incrementado su facturación en horario de mediodía en otro 30%, en detrimento de los restaurantes que sirven el clásico menú, algo más caro. Y sobre el consumo de televisión lo mismo -a pesar de la mierda que emiten en abierto-, ha ascendido: vemos la tele durante más horas semanales que en épocas más prósperas (porque si no sales, no gastas... y algo has de hacer además de leer, limpiar y follar). Traducidos los precipitados de la crisis: entre unas y otras cosas, seremos un país de gordos agilipollados pero relativamente leídos... Qué miedo. Por favor, que se pase ya la puta recesión, la involución o el maldito ploff. Ah, y que sigáis disfrutando, que eso no nos lo puede quitar ningún banco.

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15 abril, 2009

duda: pág. 197

Subject: Hola Eva, vivo en Buenos Aires y luego de una recomendacion de un amigo, me compre tu libro Verdad y mentiras en el Sexo. Me encanto y en cuanto lo termine de leer empece a releer los capitulos que mas me gustaron. Especialmente toda la primer parte y el genial capitulo de enamoramiento de la segunda. Te felicito por la claridad del libro, lo disfrute muchisimo!!Me quedo una gran intriga en tu capitulo sobre fantasias. Concretamente, en la pagina 197, decis que \'resulta constante y especifica de la fantasia femenina la de la incapacidad de ver la cara del amante\'.
No entendi si es que te referis a que la que tiene la fantasia cierra los ojos para no verle la cara del amante con el que esta teniendo sexo en ese momento. O bien que el objeto de la fantasía de la chica no tiene identidad, y por eso no puede verle la cara.
En otras palabras si la incapacidad de verle la cara se refiere a la cara del amante real mientras desarrolla la fantasia o a la cara del amante de fantasia.
Te agradeceria si me podes aclarar esta gran duda.
Si necesitas algo de mi pais estoy a tu disposicion.
Muchas gracias y te envio un beso enorme!!
Gerardo


¡Hola Gerardo!
Te agradezco lo que dices, de verdad.
Las fantasías son ejercicios mentales, son las peliculitas que nos inventamos para disfrutar, para excitarnos o para mantener la libido, para divertirnos... Como digo en el libro, hasta que nos decidimos a explicárselas a alguien, son sólo nuestras: secretas y privadas; si no las llevamos a la práctica, quedan en el puro terreno imaginario; son libres: da igual sobré qué versen, porque no existen y por lo tanto, no atentan contra la ley, ni contra nada, puesto que no salen de la mente (perdón si ignoro abiertamente la doctrina de la Iglesia Católica que persigue también el pecado de pensamiento)... Podemos ponerle fin cuando queramos, reiniciarlas, repetirlas tantas veces como queramos introduciendo detalles inventados, de otro mundo o absolutamente concretos y del día a día...
Respecto de la consulta que haces, me refiero a que las mujeres cuando fantasean (estén solas o manteniendo una relación sexual con alguien, y estén despiertas o adormecidas) suelen ser incapaces de mantener nítida la cara del amante en la cabeza... casi todas las chicas empezamos una fantasía sobre alguien, pongamos Pitt, Jackman o quien sea. El caso es que, una vez alimentamos con detalles al resto del encuentro imaginario (el lugar, la ambientación, la lencería, la postura, el posible olor de él, etc.), el rostro se esfuma. También suele pasar cuando soñamos con sexo: hay escasas ocasiones en que el amante tiene cara concreta (eso es diferente del típico "he tenido un sueño erótico con Fulano").

Hay dos matices más: hay una parafilia concreta, la Alorgasmia: excitación proveniente de fantasear durante el acto sexual con otra persona que no sea la pareja. Supone, como toda parafilia, llevar al extremo una fantasía sexual, la de imaginar que tu pareja es otro mientras lo estás haciendo y es más frecuente de lo que imaginamos... Se practica cerrando los ojos, evitando ver el rostro de quien está físicamente ahí, colocándose en posiciones específicas (de espaldas, doggie, etc.).

Otra cuestión, lo de cerrar los ojos o mantenerlos abiertos durante el coito o los besos... Eso va en gustos. Hace mil años escuché que si los empiezas a abrir es que has perdido la inocencia. Otros, grandes maestros incluso, afirman que la mujer no abre tanto los ojos como el hombre porque interioriza más el sexo... A saber... Igual los abre porque lleva lentillas y le molesta tenerlos cerrados tanto rato.

Un abrazo,
Eva