19 marzo, 2008

En camino

Se supone que hoy me llegan las pruebas de impresión (nunca mejor dicho). Mi editor -¡cómo flipo con eso de tener un editor!, ¿seré gilipollas? A la gente se la pone gorda un Ferrari, no añadiendo un jefe a su larga lista de problemas... pero a mí me pone, ¿qué le vamos a hacer?- me ha prevenido: "Verdad y mentiras en el sexo" se ha quedado en 432 páginas. Casi nada.

Hace no mucho, mi amigo Rubén me advirtió: "Eva eres subnormal. ¿Acaso después de tantos años en esto no has aprendido que la gente no lee? Diez folios y fotos. Ése es el tipo de libro que esperan de ti, que eres una tía, guapa y con buenas tetas. No les proporciones mensajes contradictorios". Rubén es la catarsis de tantas cosas... Pero claro, ni caso le he hecho.

Dispongo hasta el martes para escribir un email con los posibles cambios que detecte y que considere de todo punto imprescindibles. Bonitas vacaciones voy a chuparme. Sin embargo, aunque sea para dejarme los ojos, estoy deseando que llegue el mensajero y juro que en esta ocasión no me voy a fijar en si está o no buenorro.

16 marzo, 2008

Ya me vale

No me puedo creer que haya dejado de escribir mi blog personal durante tantísimo tiempo... Me daría verguenza de no ser porque últimamente la vida no me ha dado para mucho más que teclear. En los últimos meses me he dedicado a varias cosas simultáneas: el blog de sexo de elpais.com, las colaboraciones con Primera Línea, el proyecto de elpaistv.com y a escribir "Verdad y mentiras en el sexo".

Explicado así no sé lo que parecerá -digo desde fuera- pero la realidad, la mía, ha sido sarnosa, pero sarnosa. Sin embargo, no seré yo quien se queje de picores de ningún tipo, ni de cansancio, de estrés, de reclusión domiciliaria durante más de medio año, de dos dioptrías de miopía de regalo, de miedo, de impotencia, ni de ná..., porque era lo que siempre había querido. Si hace años me hubieran augurado que mi problema para no asistir a una fiesta iba a consistir en "terminar un capítulo y enviárselo de inmedito a mi editor" se me habrían caído literal, que no literariamente, las bragas. Estoy orgullosa de haberlo logrado, con independencia del resultado final que aún no he visto. Va a ser mi segundo libro publicado, lo entregué en enero y aún no he visto las pruebas. Habrá en breve, supongo, una fase de correcciones y después, ¡a imprenta!
En la editorial aseguran que el 15 de mayo estará distribuido y en librerías.

Me propongo, públicamente, enmendar esta dejadez.