30 septiembre, 2008

Y mucho más...



Estoy preparándome para ir al programa de Fernando Sánchez Dragó. Quiere entrevistarme y comentar mi libro.
Ya veremos qué tal...

24 septiembre, 2008

Verdad y Mentiras en el Sexo ¡se distribuye en Colombia!

Podría ir de sobrada y hacer ver que me pasa cada día, o que me da lo mismo, y también podría asegurar que "ya lo sabía", pero ni lo uno, ni lo otro, ni lo último. Me hace mucha ilusión y me enteré a lo tonto de que en Colombia se me concoce y se me lee.
Resulta que hace unos días, suena mi móvil. Veo un número larguísimo, pero no de esos que son de las centralitas de aquí, sino llenito de prefijos... Descuelgo entre curiosa y acojonada (yo siempre pienso, "a ver qué has hecho ahora"). "¿Eva Roy?", digo que sí, y se presenta el productor de unos de los programas de Radio Caracol en Colombia, que me asegura que todo el equipo está encantado con mi libro -y con determinados trucos y detalles, ejem...- y que, si no me importa, quiere volver a llamarme para hacerme una entrevista.

Así, de golpe, me enteré de que el libro Verdad y Mentiras en el Sexo, o sea, mi criatura, se vende en Colombia. En efecto, me volvieron a llamar y entré por teléfono.

09 septiembre, 2008

Sexo y billetes. Comentario de M

Hola Eva,
me gusta mucho tu blog, me parece interesantísimo.
Podrias decirme que sabes de la "financial domination" En donde puedo encontrar bibliografía sobre este tema? todo lo que he encontrado en Google está en inglés, no he encontrado nada en español, portugués, francés o italiano.
Podrías hablar de esta parafília.
Gracias por tu atención y por tu blog.
M

Agradezco la consulta y el comentario.

M se centra en este tema como parafilia, aunque la circunstancia de que medie pago no convierte la relación en parafílica necesariamente, como ya hemos comentado en otras ocasiones. Que yo haya localizado, hay un par de ellas o tres relacionadas con el asunto de tener que pagar para excitarse.

La ciprieunia, consiste en excitarse exclusivamente con prostitutas. Etimológicamente, como dicen todas las webs que he encontrado, "probablemente proviene de Cyprius: isla de Chipre, donde abundarían las prostitutas"...

Existe además la crematistofilia, que se define como la excitación sexual producida al pagar por sexo. No es necesariamente que se encuentre el placer en el sexo pagado, sino que se experimente placer por el hecho de pagar. En su grado más extremo, fascinación sexual al
saberse robado por tu pareja.

En cuanto al concreto asunto de la "financial domination" se trata (por lo que traduzco de Wikipedia, de blogs y de portales y otros sites en inglés) de la parafilia, más desarrollada y practicada en internet que en la vida real, aunque igualmente posible en nuestras tres dimensiones, en la que el esclavo económico ("money slave" o MM "money masochist", normalmente un hombre) se dedica a entregar efectivo o regalos a la parte dominante de la relación, a su Dómina (normalmente una mujer, que recibe denominaciones fabulosas como Money Domme, Financial Domme, Fin Dom, Professional Dominatrix, Money Collector, etc.). El esclavo consigue atención, conversación y, quizá, su dosis de humillación y poco más, o nada en absoluto, de ella a cambio de transferencias y otro tipo de compensaciones fundamentalmente dinerarias.

El problema a la hora de encontrar cifras fidedignas acerca de este tipo de temas, como puede ser la afición a pagar por sexo, sea recurriendo a prostitutas profesionales sea en el ámbito de "los aficionados" y de las propias parejas habituales y sus juegos privados, es que reina la
hipocresía. El otro día, hablando de esto con un grupo de amigas, una nos contaba que otra amiga suya, señora de bien felizmente casada, madre y esposa ejemplar, tras casi treinta años de matrimonio aún hoy le cobra los polvos a su marido: "yo por esto cobro" parece ser que argumenta sin que le cambie el gesto. En realidad cuesta dar con gente que asuma sus prácticas sexuales "más especiales".

Perdón si sueno a folclórica echando la vista atrás pero esto me recuerda a cuando allá por 1997, yo planteé en Vía Digital el primer canal de televisión destinado al público gay. Para que os situéis, era cuando en este país se vejaba a los homosexuales y aún no disponían de derechos civiles. De esto hace muuuuucho, antes de que serlo se convirtiera en obligatorio para poder trabajar en ciertas empresas y publicar en medios generalistas de comunicación, antes de revindicar la condición de homo como lo más cooooool, como si hablásemos de las cuñas de esparto, vaya, o antes de que a los antes proscritos les sobrasen y molestaran las incondicionales amigas (ahora, a.k.a. mariliendres). A ver, que sigo con el relato. Ahí aparezo yo con mi trajecito de chaqueta. Acojonada, toco la puerta del despacho y... Amén de que a mi jefe se le cayeron (literalmente) las gafas al escuchar mi propuesta, que llegó acompañada de extra de azúcar en su café de primera hora y de un taco de revistas y panfletos sobre el colectivo LGBT, debo admitir que el hombre -el mejor jefe que he tenido, un currante, un señor y un cerebro privilegiado- me dio la oportunidad de realizar una propuesta y que se comprometió a plantearla en un inminente Comité de Programación. Salí de ahí y, con permiso de mi jefe, me eché literalmente a las calles en busca de datos... Lo malo era que por entonces ni siquiera había cifras oficiales de parejas de hecho y me vi bastante impotente a la hora de "demostrar" la existencia y presencia social del colectivo y de apoyar el plan de negocio que me había pedido con cifras sobre la tasa real de población gay en esta nuestra querida España. En esa época los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales bastante tenían con no recibir pedradas e ir saliendo como buenamente podían del armario, como para ir por ahí proclamando nada... Y por otro lado, esa misma tarde comprobé que el lobby rosa se dedicaba a hinchar desaforadamente la cifra de homosexuales... Así que, según unos, nadie en España era gay y según los otros, el colectivo superaba el 30% del censo. La cifra más barajada, que se mantiene, es la del 10% de la población.

Y respecto del tema que nos ocupa pasa algo muy parecido. Recientes encuestas que garantizan el anonimato han publicado que entre la población masculina heterosexual más del 30% admite haber recurrido al menos una vez la prostitución (entiendo que a la de carne y hueso, nunca mejor dicho). De ser cierto, aún faltaría computar el porcentaje de gays que pagan por sexo y cuántas mujeres contratan servicios sexuales del tipo que sea y la que se desarrolla en un mundo virtual, mediante internet o por teléfono, donde quizá el esclavo económico jamás vea a su dómina cara a cara.

Traduzco un post de una FinDom (Financial Domina) americana dedicado a su MM:

Asustado y desbordado, pensando que podías dejarlo, has intentado escaquearte.
Pero he hecho muy bien mi trabajo. Las imágenes que he plantado en tu cabeza, las obsesiones que he clavado, los secretos que te he sonsacado, permanecerán contigo para siempre y me dan un ilimitado poder sobre ti.
Tiro de tus cadenas y tú bailas.
Digo "salta" y tú me preguntas "hasta dónde".
La Sirena llama, en un simple mensaje de voz, y tú contestas.
Otra vez. Y otra. Y otra.
Mis $200 llegaron por fin y otros $150 están de camino.
Mientras, tu cabeza da vueltas, eres débil, estás poseído, vuelves adonde provienes.
Yo gano. Otra vez.

En alguna de las webs especializadas bienintencionados expertos previenen del riesgo que conlleva establecer vínculos con según qué tipo de FinDom y señalan que es crucial, antes de iniciar nada, saber qué tipo de dómina es porque, pese a la similitud, no todas persiguen lo mismo. Explican que, por lo visto, las hay de tres clases (románticas, de entretenimiento y de estricta remuneración) y las consecuencias económicas -además de las emocionales- de mantener una relación con ellas para el esclavo varían (pensad en insultos y en castigos verbales e imaginad látigos de cuero estrellándose en carne nada broceada), y arruinarse no queda descartado.

04 septiembre, 2008

Violencia de Género: llama al 016

Con este post no pretendo hacer demagogia y menos aún verter manidas expresiones de denuncia y de lamento, no por reiteradas por periodistas, autoridades y familiares de víctimas menos dolorosas. España es un país con una elevada tasa de violencia de género, eso es un hecho. Por favor, llama al 016 antes de que sea demasiado tarde.

Y hoy quiero dedicar este espacio a insistir en que debemos denunciar si sospechamos que estamos ante un caso de violencia de género. Nadie está proponiendo que nos equipemos de prismáticos y de escuchas para espiar al vecino, pero sí que estemos un poquito más atentos, y que no hagamos la vista gorda cuando algo nos chirría.

Recuerdo que hace años asistí, no a la primera porque me quedé sin plaza, sino a la segunda de las ediciones del Curso de Violencia de Género (Colegio de Abogados de Madrid). Durante aquellas interesantísimas jornadas desfilaron por el aula magna ponentes de varios campos: destacados psiquiatras, abogados, forenses, policías, asistentes sociales, etc., todos con amplia experiencia. Entre las muchas y esenciales cuestiones a recordar, hay una que considero fundamental. Mucha gente piensa que eso de llamar a la Policía cuando se escucha a una pareja pelearse, es meterse donde a uno no lo llaman… Maticemos, por favor. Es cierto que se puede matar a alguien sin el más mínimo ruido. Pero la mayoría de los testimonios coinciden en que la violencia era parte del día a día, que se trata de convivencias muy deterioradas, que hay casos en que la muerte viene precedida de denuncias, de órdenes de alejamiento incumplidas incluso.

Explicaban en el curso, para mí fue casi lo más interesante, el proceso psicológico y la relación de la víctima y del agresor, que tan perversamente manipula y provoca la destrucción de la primera como persona. Decían los expertos que ha de tenerse en cuenta que en ocasiones la propia víctima no se encuentra en plenitud de sus facultades mentales –piénsese que el miedo a las palizas y a que haga daño a los hijos, puede ser paralizante-, se halla bajo tal presión que es incapaz de pedir ayuda, terminan aisladas de su entorno familiar y social, con la autoestima mermada, con sentimiento de miedo y de culpa, de vergüenza incluso –muchas mujeres sufren sólo de tener que reconocer que su “proyecto conyugal” es un desastre, erróneamente se culpabilizan de que su matrimonio no funcione… y callan, callan, hasta que un día, a él se le va la mano y ya no hay remedio-. La mente de la mujer maltratada presenta ciertos rasgos muy particulares, algunas desarrollan una especie de síndrome de Estocolmo respecto del maltratador, que lo propicia y les hace pensar que no valen nada, que su vida depende de él.

Que la mente humana es compleja no podemos cuestionarlo pero, si encima está distorsionada… Y respecto de esto, otro de los puntos cruciales que nos explicaron en una de las intervenciones fue la del mecanismo mental, la pauta que siguen los maltratadotes respecto de sus víctimas/parejas. Se podría describir como una espiral que gira hacia dentro y cuyo recorrido que se va haciendo cada vez más corto. Así, la conducta de ambos sería algo parecido a esto: un buen día se produce una pelea, discuten. Él se pone violento por primera vez. Él reacciona, quiere que ella le perdone, muestra su cara “amable”, se deshace en promesas de “no se repetirá”, “con lo que yo te quiero”… Ella, hecha polvo, en el fondo está deseando creérselo. Se reconcilian.

Segundo episodio de violencia. Probablemente, él da una primera bofetada. Ella se derrumba, además de por el daño físico, por lo que conlleva… Se repite la demostración de arrepentimiento, las promesas… quizá incluso él aparezca con algún “detallito”, o se muestre más cariñoso que nunca…

El detonante para la tercera, cuarta y ulteriores escenas de terror puede ser cualquier estupidez. Recordemos que los maltratadotes no precisan un motivo. Se encabronan y atacan sin necesidad de razones (porque en realidad, recuérdese, NADA justifica un acto violento). Y esta vez a lo mejor salpica los insultos de empujones, de patadas y guantazos. Ante el daño causado, él actúa como siempre: disculpándose. Ve que la pierde y no está dispuesto a permitirlo. Promete y llora. Jura y ofrece el oro y el moro, y le dice lo que ella necesita escuchar, aunque cada vez le cueste más creérselo. Ahí es cuando ella empieza a maquillar los moratones, a explicar públicamente lo torpe que es, cuántas veces se tropieza en las escaleras o se clava inoportunas ventanas…

Y cada vez el episodio de violencia sucede con mayor frecuencia y los golpes, cada vez son más fuertes, siendo las reconciliaciones un cúmulo de mentiras entremezcladas con chantaje emocional y amenazas.

Nos contaban los ponentes que desde fuera, cuesta creer que una mujer que se ha visto en el hospital con huesos rotos, permita al agresor entrar de nuevo en la vivienda. Pues así es. La vícitma se halla tan desorientada y tan sola que por desesparación opta por agarrarse de la única mano que no debe, la que termina matándola.

Los expertos coinciden en que el perfil mental de los agresores deforma la naturaleza de la relación y encuentra a la pareja como un objeto sobre el que verter su infelicidad, insatisfacción, y frustración. En este amasijo de sentimientos del maltratador no aparece ni una sola vez el amor (el de verdad), ni el respeto por el ser humano que comparte su vida. Consieran a la pareja como una posesión, practican lo de "mía o de nadie", de ahí que se recomiende extremar la prudencia una vez se comunica el deseo de separarse -momento en el que suele producirse el mayor número de agresiones- y que se recomiende que, si se teme que existe peligro de reacción violenta, se solicite en el mismo acto de medidas provisionales la orden de alejamiento.

Cuando se sea conocedor de este tipo de situación, debemos denunciar. Vamos tan a lo nuestro, con tanta prisa, tan cegados de egoísmo, que pecamos de insolidarios. Aunque no siempre ocurre esto. Seguro que hasta los despistados y los veraneantes que se han escapado muy lejos durante varias semanas conocen el titular protagonizado por Jesús Neira, que nos sobrecogía a todos. Se trata de un profesor de Derecho y Ciencias Políticas, que sigue en estado de coma por haber salido en defensa de una chica a la que su pareja estaba golpeando. El agresor arremetió contra él y como consecuencia, ahora se debate entre la vida y la muerte.

Jesús Neira es un ejemplo, sí, pero traducido al sincero sentir de la mayoría, lamentablemente me da que no se está convirtiendo en alguien a quien imitar, sino en un caso que nos mete miedo en el cuerpo y nos alecciona de lo que no debes hacer si no quieres acabar como él. Porque al final, ser un caballero, o ser un buen ciudadano que acude a socorrer a alguien (deber de todos como dicta la ley) y en última instancia una buena persona, te cuesta la vida. No permitamos que esto suceda.

Con el post de hoy sólo digo que hay mucho hijo de puta suelto, mucho loco sin encerrar y que todos tenemos el deber de denunciar. Pensemos que cada día, mujeres de cualquier edad mueren a manos de sus parejas. Basta descolgar el teléfono y marcar tres números: 016.

Eva Roy

Eva Roy se licenció en Derecho y Empresa (ICADE) y se ha especializado en diversas áreas como el Derecho Audiovisual, la Violencia de Género, Derecho de Familia, Marketing y Comunicación. Trabaja como escritora, periodista y productora de televisión.

"Mi lado más hardcore" (Exposex, 2006) es su primer libro, donde a través de los testimonios de los principales actores, actrices, directores y productores, desvela el aspecto más humano e íntimo, las anécdotas y secretos de la industria del cine X. Acompaña estas 30 entrevistas sin censura de sus propias vivencias como ejecutiva de televisión. Su primer contacto con el cine para adultos fue coyuntural (y obligado). Sucedió en su última etapa en la plataforma VIA DIGITAL, como responsable de TRIPLE X, que fue el primer canal gay de este país, y posteriormente como Gerente de cine de pago de la plataforma DTT, Quiero TV. Mediante este libro y otras innumerables publicaciones y reportajes, Eva Roy ha acercado de manera notable el mundo del porno a la sociedad española. Su polifacética trayectoria profesional la convierte en una experta todoterreno en contenidos para mayores de 18 años.

Entre agosto y septiembre de 2006, Eva narró su viaje a Japón en formato blog para EP3.es.

Desde noviembre de 2006 hasta octubre de 2008, además de colaborar habitualmente en diversos medios, escribió Eva al desnudo, el blog de sexo de la edición digital de El País.

En 2008 publica "Verdad y Mentiras en el Sexo", (Ediciones B), un completísimo manual sobre sexualidad escrito con un estilo claro, sensato, sabio y desinhibido en el que disecciona y analiza todos los tópicos y medias verdades que empañan nuestra cultura erótica. Los grandes temas concernientes al sexo, infinidad de trucos y eficaces recomendaciones para disfrutar con seguridad, junto con un A-Z de 250 términos.

En 2009, con su primera novela, gana el premio literario Novelia. "Sexo, amor y cirugía", (Grand Guignol y Ámbito Cultural de El Corte Inglés) es una divertida, irónica y desgarrada mirada a una sociedad en la que el culto al cuerpo y a la imagen alcanza a veces proporciones ridículas, y al tiempo una reflexión lúcida sobre la naturaleza humana y las pulsiones que la agitan, el sexo, la atracción amorosa, la ternura, el afán de superación, la ambición o la autoestima, en una novela coral en la que Eva Roy presta su voz a una variopinta galería de personajes, con sus anhelos, sus frustraciones, sus alegrías y sus tristezas.

Durante los últimos años ha iniciado y dirigido dos revistas gratuitas de tendencia y trabaja como colaboradora en televisión (Las Mañanas de Cuatro, MTV España, Sexto Sentido, Todos Ahh 100, El Método Gonzo, Espejo Público, Paz en la Tierra, Territorio Comanche), prensa (EP3.es, ElPaís.com, Primera Línea, Nova, Interviú, FHM, MAXIM, 24K, .H, Zero, Odisea, Zona de Obras, Oxígeno, etc.) y radio (Cadena SER: El Club de las Siete, radio Intercontinental; Telemadrid Radio). Ponente en diversas conferencias, encuentros digitales y cursos.

Tras su paso por Vía Digital y Quiero Tv, ha sido responsable de contenidos de Real Madrid TV y del proyecto Elpaistv.com.