22 junio, 2019

Premios MUM












Ayer tuvo lugar en el Aula Magna del Hospital Gregorio Marañón de Madrid la entrega de premios MUM (Mujeres Unidas contra el Maltrato). Las conocí a través de una de sus voluntarias, Teresa, que asistió conmigo a un curso de Trata de Seres Humanos con fines de Explotación Sexual hará dos semanas. Ella me facilitó el contacto de Carmen, la responsable de voluntariado de MUM. Me lo puso todo fácil, me recibió, nos contamos un par de cosas… No hizo falta mucho… y me aceptó en la organización sin más. Gracias a un par de hilos que movió, me permitieron asistir a una formación jurídica específica en Violencia de Género, que impartieron Julia y Marta. Y ahí que me fui, a escucharlas, todo conocimiento y generosidad, dando clase un sábado por la tarde. 
A Consuelo (tesorera y coordinadora de eventos) y a Carmen (presidente de MUM), a Rocío (psicóloga y coordinadora de MUM), a Luz, a Anselmo, a Marta, y a tantas otras, las conocí en estos días a unas y ayer mismo a otras. 

 

Además de celebrar la sentencia del Tribunal Supremo respecto del caso de La Manada (de una de las manadas), se hizo entrega de los premios que MUM otorgaba este año. Además, hubo diversas intervenciones que efectuaron un necesario llamamiento a los poderes públicos para que cumplan con la ley (la conferencia de Estambul y la normativa española) contra el maltrato a la mujer, la necesidad de educar en igualdad, de acabar con el machismo. Son conceptos poderosos, imprescindibles: hasta que se hagan valer, no debemos dejar de repetirlos. 

Hubo intervenciones y actuaciones maravillosas. 
Cristina Del Valle nos puso los pelos de punta con su testimonio y su impecable argumentación acerca de las cifras invisibles, las que no reflejan las estadísticas. Ese terrible dato que se omite: las mujeres que se suicidan porque no soportan más la violencia en que viven. Porque no sólo hay violencia física acreditarble mediante partes médicos que refieren contusiones o hematomas, fracturas o incluso asesinatos… No, no… Por desgracia, hay mucho más. Hay una violencia psicológica, secreta y privada. No puede ser que tu hogar sea tu infierno ni el lugar donde te pegan.
La violencia de género, que en esta semana se ha cobrado el millar de víctimas, MIL MUJERES, MIL, debe de ser abordado como una cuestión de Estado. Basta de mirar para otro lado, de meter la roña bajo la alfombra. Los problemas hay que resolverlos, no obviarlos. Basta ya de matar mujeres, de que vivamos con miedo.



Me quedo con la sororidad, la amabilidad y la ausencia de tonterías.
Me quedo con el mensaje lleno de esperanza que envió Rozalen a través de videoconferencia. 

Me quedo con sus proyectos (la eco-aldea, LABORANDO, UMOJA VIOLETA, LET US BEE…), con sus realidades, chiquititas e incipientes, pero realidades ya. 
Me quedo con su mensaje: Es posible salir, es posible otra vida. 



Y me adueño, desde ahora, de una palabra mucho más ilusionante, más positiva, constructiva e imprescindible que viene a sustituir el de "víctima": superviviente.

No hay comentarios: