Menciono el “fake
it until you make it” de la Dra. Janet Hall, que animaba a las mujeres a fingir para lograr un orgasmo y disiento
mientras la cámara muestra un resultado muy flojo. Mi yo sabelotodo
compensa el fracaso de mi yo modelo explicando una teoría propia: <<no
hay mujeres frígidas ni anorgásmicas sino preorgásmicas: hasta que den con
alguien que sepa y les dedique un buen rato>>.
Él asiente.
Bebo más y vuelvo a tumbarme. Empiezo a flotar. Me voy
relajando. Momento emular cine X: hincho las venas del cuello, respiro hondo (y
no jadeo por los vecinos). Repasamos la secuencia en la pantallita. Momento
confesiones: <<¡Qué fuerte! No me lo puedo creer…>>. <<Me estoy poniendo cachondo>>. Seguimos. Hace rato que mi timidez baila con Don José Cuervo. Momento
Jenna Jameson: arqueo la espalda. Me acaricio el pelo. Agarro el edredón y lo
muerdo. Si, en definitiva, el sexo es eso: empujar, chupar y sudar. Lo demás
son palabras. Aditivos poéticos. Y yo, sin sexo, estoy sudando… y muy borracha.
<<Esto va a funcionar>> aseguro, y saco
la lengua. <<¡Joder, cuánto porno he visto!>>. Hay carcajadas en los ojos azules de mi cazador. Miro de
frente al objetivo y me río con mi superorgasmo fingido. Momento “Petite
mort”. <<¡La tenemos!>>.
Se publicó en la revista de CHARADA 2011
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