06 mayo, 2008

Portada

El miércoles, antes del mega puente, apareció el mensajero con el libro. Mi libro. Cuando abrí el paquete y lo tuve en mis manos, lloré. De emoción, claro, y de feo también. Sólo Dios y mi editor y mis mil íntimos amigos saben lo que pienso de la portada que eligieron.

Quité corriendo la cubierta, que "sólo" contiene mi foto, mi biografía, la sinopsis, la recomendación y la nota de Manel Fuentes -a quien agradezco también desde aquí sus palabras, su apoyo y que haya leído mis capítulos sobre temillas de actualidad total: masturbación femenina, sexo anal, fantasías y alguno más, le mandé...- y bajo el cartoncito emergió el LIBRO PERFECTO: todo negro con letra plateada. El libro que yo quería... Bien dicen que quien no se consuela es porque no quiere.

El caso es que, por lo visto, a los hijos feos se les quiere igual y, dado que a mí me aguarda parir libros, sólo rezo por que éste me salga "gracioso" y haga méritos para ganarse mi corazón. Un buen gesto por su parte sería encontrarme una mañana, pasado el día 14 de mayo que es cuando sale a la venta, Madrid y Barcelona y Sevilla y Valencia y León y, etc., cubiertos de morros rojos con una fresa dentro.

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