Algunas de las pacientes de ayunoterapia de la Buchinguer deberían irse de viaje a Afganistán: adelgazarían a nada que cerrasen las piernas un poco (y si de paso cierran la boca, eso ya sería impagable para atenuar la contaminación medioambiental pero, entonces, ¿qué iba a publicar el ¡HOLA!?).
Bromas aparte, sería necesaria la intervención internacional para acabar con los regímenes que atentan de modo sistemático contra los derechos humanos, indefectiblemente los de las mujeres. Aquí el artículo de ElPaís.com donde se informa de la nueva ley afgana que permite al esposo dejar a su mujer sin comer si ella se niega a tener sexo.
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